Un diente retenido es aquel que no ha erupcionado correctamente en la boca dentro del tiempo esperado, a pesar de estar completamente formado. Esta situación puede presentarse tanto en dientes temporales (de leche) como en dientes permanentes, y suele generar dudas y preocupaciones en los pacientes. Una de las preguntas más frecuentes es: ¿siempre hay que extraer un diente retenido? La respuesta depende de varios factores clínicos que explicamos a continuación.
¿Por qué se produce un diente retenido?
Los dientes pueden quedar retenidos por múltiples causas, entre ellas:
- Falta de espacio en la arcada dental.
- Malposición o inclinación del diente en su desarrollo.
- Obstáculos físicos , como quistes, otros dientes o tejido óseo denso.
- Herencia genética , que puede afectar a la erupción dental.
- Problemas sistémicos o alteraciones del desarrollo dental .
Los dientes más comúnmente retenidos son los terceros molares (muelas del juicio), los caninos superiores y, en menor medida, incisivos y premolares .
¿Cómo se detecta un diente retenido?
En muchos casos, el diente retenido no causa síntomas y se descubre en una radiografía panorámica de rutina. Sin embargo, algunos signos de alerta pueden incluir:
- Dolor o molestia en la zona.
- Inflamación o infecciones recurrentes.
- Dientes adyacentes desplazados o apiñados.
- Retraso en la erupción dental en niños.
Una vez detectado, el dentista valorará la posición, profundidad y orientación del diente para decidir el tratamiento adecuado.
¿Siempre hay que extraer un diente retenido?
No necesariamente. La decisión de extraer o no un diente retenido depende de varios factores:
Cuándo no es necesario extraerlo
- Si el diente está completamente asintomático , sin signos de infección ni molestias.
- Cuando no hay afectación de dientes vecinos ni riesgo de desplazamientos.
- Si el diente retenido está totalmente incluido en el hueso y no representa una amenaza para la salud oral.
- En algunos casos, se opta por un seguimiento periódico mediante radiografías.
Cuándo sí es recomendable extraerlo
- Si causa dolor, inflamación o infecciones repetidas (muy común en muelas del juicio).
- Cuando afecta la posición de otros dientes , generando apiñamiento o problemas ortodónticos.
- Si hay riesgo de formación de quistes o daños al hueso maxilar .
- Cuando el diente retenido interfiere con un tratamiento de ortodoncia .
Tratamientos alternativos a la extracción
En ciertos casos, especialmente en caninos retenidos , se puede optar por una tracción ortodóncica. Este procedimiento consiste en colocar un aparato para ayudar al diente a salir gradualmente, evitando su extracción. Es una técnica muy común en adolescentes y jóvenes cuando aún hay margen para guiar la erupción.
También puede combinarse con una cirugía menor para exponer el diente y colocar un accesorio ortodóntico que lo dirija a su lugar natural.
Conclusión: cada caso requiere una valoración individual
El tratamiento de un diente retenido no siempre implica la extracción, pero es fundamental realizar un diagnóstico preciso y un seguimiento profesional. A través de radiografías y una evaluación clínica detallada, el odontólogo determinará si conviene mantener el diente bajo control o si es necesario extraerlo para evitar complicaciones. En todos los casos, la prevención y el control temprano son claves para evitar problemas mayores en el futuro.