La férula de bruxismo es un dispositivo dental diseñado para proteger tus dientes y relajar la musculatura mandibular mientras duermes. Usarla de forma correcta es clave para aliviar el dolor, evitar el desgaste dental y mejorar la calidad del sueño. A continuación, te explicamos paso a paso cómo utilizarla correctamente.
Antes de usar la férula por primera vez
Antes de estrenar tu férula de descarga para bruxismo, lávate bien los dientes con cepillo y pasta fluorada. Una boca limpia reduce el riesgo de acumulación de placa y de malos olores en el dispositivo. También es recomendable usar hilo dental para eliminar restos de comida entre los dientes.
Comprueba que la férula está en buen estado, sin grietas ni deformaciones. Si es una férula a medida realizada por tu dentista, debe ajustarse perfectamente a tu arcada. Si notas molestias intensas, puntos de presión o no encaja bien, acude a revisión para un ajuste profesional.
Cómo colocar la férula de bruxismo paso a paso
Para colocar correctamente la férula de bruxismo, sujétala con las manos limpias por los laterales, sin doblarla ni forzarla. Asegúrate de identificar si es para la arcada superior o inferior, según las indicaciones de tu dentista.
Introduce la férula en la boca y encájala suavemente sobre los dientes. Presiona con los dedos sobre la superficie hasta notar que queda estable, sin moverse al abrir y cerrar la boca. Evita morder con fuerza para ajustarla, ya que podrías deformarla, sobre todo si es un modelo termoplástico.
Durante la noche: uso correcto y sensaciones normales
Lo habitual es usar la férula solo por la noche, mientras duermes. Las primeras noches puedes notar una ligera sensación de cuerpo extraño o algo de tensión en la mandíbula, pero esto suele desaparecer en pocos días.
Si el dolor es intenso, tienes dificultad para cerrar la boca o notas cambios en la mordida al despertar, es importante consultar con tu odontólogo. Una férula de bruxismo bien ajustada no debe provocar dolor persistente ni heridas en la mucosa.
Retirada y limpieza diaria de la férula
Por la mañana, retira la férula, tirando suavemente desde los laterales, no tires de un solo extremo para no deformarla. Enjuaga primero con agua fría o templada, nunca caliente, para eliminar la saliva acumulada.
Límpiala con un cepillo de dientes específico o uno blando, usando jabón neutro o un limpiador recomendado por tu dentista. Evita la pasta dentífrica abrasiva, ya que puede rayar el material. Después, aclárala bien y déjala secar al aire sobre una superficie limpia antes de guardarla en su estuche ventilado.
Cuidados, mantenimiento y cuándo acudir al dentista
Revisa periódicamente la férula de bruxismo en busca de fisuras, deformaciones o zonas blanquecinas que indiquen desgaste excesivo. Un deterioro notable puede reducir su eficacia y requerir la fabricación de una nueva.
Acude a tu dentista al menos una vez al año, o con la frecuencia que te indique, para revisar el ajuste de la férula y la evolución del bruxismo. Si aparecen nuevos síntomas como chasquidos en la articulación, dolores de cabeza más intensos o cambios en la mordida, es recomendable adelantar la visita.
Conclusiones finales
Usar correctamente una férula de bruxismo implica seguir una rutina clara: higiene bucal previa, colocación adecuada, uso nocturno constante y limpieza diaria del dispositivo. Un buen ajuste y un mantenimiento correcto aumentan su eficacia y comodidad.
Ante cualquier molestia persistente, deterioro de la férula o empeoramiento de los síntomas, la visita al dentista es imprescindible. Solo un profesional puede adaptar el tratamiento a tus necesidades y garantizar que tu férula proteja de verdad tu sonrisa y tu salud mandibular.